El ruido urbano es una dimensión muy importante de la calidad ambiental y objeto de atención preferente por parte de las autoridades municipales para, mediante una adecuada gestión, reducir, controlar y resolver los problemas de contaminación acústica ambiental. El enfoque técnico ha demostrado ser insuficiente al no recoger todas las dimensiones del ruido urbano, su casuística, características y, sobre todo, lo que la ciudadanía opina al respecto. Este aspecto de la gestión, apoyada en la participación ciudadana, está adquiriendo ya un gran protagonismo en otras parcelas de acción municipal. Sobre todo, cuando se tienen en cuenta los principios del modelo urbano de desarrollo sostenible, con la Agenda 2030 y los 17 ODS. La gestión del ruido urbano no podía quedar al margen de este movimiento, muy conectado con las Smart Cities y apoyado en la participación ciudadana. En la actualidad, el estudio y caracterización del paisaje sonoro urbano es una actividad que se encuentra muy ligada al diseño de ciudad, al desarrollo urbano sostenible, a la búsqueda de espacios que generen calidad de vida y a la prevención de problemas de salud asociados a exposiciones sonoras inadecuadas. La percepción e interpretación del clima acústico urbano en contexto es la base de este enfoque, con todo lo que significa determinar de forma objetiva algo que es, esencialmente, una valoración subjetiva. Por eso, de forma paralela al diseño de ciudades con criterios acústicos más allá del decibelio, surgen necesidades de investigación para la valoración en contexto y de armonización para que todo este desarrollo tenga carácter universal y no particular. Un ejemplo claro de esta relación entre la calidad de vida y el paisaje sonoro que nos rodea, lo hemos vivido recientemente durante el Estado de alarma provocado por la COVID-19, en el que la ciudadanía ha podido sentir claramente como la reducción de la actividad en la ciudad mejoraba drásticamente la percepción sonora, no sólo por la reducción del nivel acústico sino por el cambio en los sonidos que hemos percibido: del tráfico a los pájaros que habitan la ciudad. Coincidiendo con el Año Internacional del sonido 2020-21, esta sesión realizó un recorrido por la percepción del sonido y el paisaje sonoro urbano, desde una aproximación sensorial y artística, hasta la relación con la salud y el bienestar, pasando por la integración de la dimensión acústica en el diseño urbano. Puedes disponer del resumen de la sesión elaborado por los voluntarios de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) pinchando aquí. Más información en: |